Red Palante!

libertad para los presos políticos y sociales * cárcel para los fascistas, mafiosos y violadores
 

Informe especial
Mirada sobre los presos políticos del fascismo colombiano

por Amigos de la Paz en Colombia y en el Mundo
Febrero-marzo de 2006

8. Continuará el ciclo despiadado

El soldado de mi pueblo
antes ha sido albañil
ahora ya no tiene pala
lleva en la mano un fusil
que frías tiene las manos
alrededor del fusil…

Es indudable que en Colombia urge el intercambio humanitario, no puede ser éste simplemente un deseo, así como es imprescindible realizar un análisis profundo respecto a cuáles son las causas que desencadenaron el conflicto bélico. Sólo bajo esos lineamientos podrán ir naciendo acciones que posibiliten el fin de esa guerra que tantas víctimas dejó y dejará de negarse esta opción. Sólo yendo al origen de la real problemática, estarán en condiciones de poder revertirla. Sin dudas encontraremos una serie de factores políticos, sociales, económicos que han sido los detonantes de esa situación que lleva ya tantas décadas.

El gobierno de Uribe continúa pidiendo más dinero a los EU para llevar adelante la ejecución del Plan Colombia, fiel a su política guerrerista y pese a que hasta el momento pareciera ser dinero malgastado, ya que no está dando los resultados que esperaban. Grandes reveses les causa la insurgencia pese a los millones invertidos y al aumento de “asesores yanquis” que de 500 que eran en los principios del proyecto criminal, pasaron a ser 1.500.

La economía colombiana gira en función de la guerra, mientras que es el pueblo quien paga los costos de tanta idiotez peligrosa. Se optimizaron las fuerzas especiales y fuertes sumas de dinero se emplean para pagar equipos bélicos de la más alta tecnología con mayor alcance destructivo y su ceguera les impide ver que no es con bombas u ostentación de armas que se puede terminar con la oposición, mucho menos hundiendo a un pueblo a la más abyecta de las miserias.

La soberanía colombiana hoy está entregada de pies y manos al poder del imperio, la política de guerra del señor Uribe lo único que logró es hipotecar a su pueblo, por ello este sigue resistiendo su embate espurio y criminal. Las cárceles colombianas están colmadas de luchadores sociales y políticos, pero sus barrotes oxidados no pueden ahogar los gritos de libertad y ese es el mayor fracaso político de los artífices de la guerra y la destrucción.

Actualmente, al flagelo de las acciones bélicas se le suma un escándalo de máxima envergadura. La prensa internacional denunció las torturas a que fueron sometidos 21 soldados del Batallón Patriota. Muchos de quienes leímos dichas denuncias nos detuvimos a pensar: si es que así tratan a quienes están adiestrando para continuar su accionar criminal, ¿qué le espera al resto del pueblo, al que se contrapone al genocidio como única opción?

El que no se domestica…

El ejército colombiano es el que más dinero recibe de los EU después de Israel y Egipto. Dinero que no es para saciar las necesidades del pueblo sino para continuar fomentando la industria de la guerra. Uribe está apostando a otros cuatro años de mandato, para ello utiliza los recursos del estado, así como busca ayuda de sus socios paramilitares y refuerza la red de informantes en los departamentos y municipios.

Justamente el 7 de febrero y en la necesidad de continuidad de su proyecto, Uribe “consideró” que entre 15 mil a 20 mil paramilitares que desarrollan su tarea en Colombia a favor de los capos de los carteles de la droga y por consecuencia a favor también de los grandes terratenientes, deben ser incorporados a las instituciones castrenses.

Estamos mencionando nada más ni nada menos que a quienes ejecutaron innumerables atrocidades contra el pueblo, estamos hablando de asesinos. Pues bien, serán ahora los encargados de “proteger” a los ciudadanos. Según el presidente esta gente “está colaborando con vigilancia y con información, pero hace falta que nos ayuden con inteligencia”, (¿los habrá tratado de brutos?) Los mismos que según pobladores de la región San Onofre, “tendrían sobre sus espaldas más de tres mil campesinos enterrados en fosas comunes”. Ahora, van a proteger a la sociedad, parece una novela de ciencia ficción.

En algo se quedó corto este siniestro personaje, porque al iniciar su gobierno estaba en su proyecto inmediato crear una red de informantes y cooperantes de un millón de colombianos, pero su Ministerio de Defensa asegura que son más de tres millones los que ejecutan esa tarea, todo un dato para tener en cuenta. Muchos de los presos hoy dentro de las mazmorras colombianas, fueron denunciados por ellos. Muchos también fueron detenidos por ser considerados vínculos de los movimientos insurgentes, aunque nunca lo hayan sido, tal el poder de las voces de esos informantes…

Mentiras tras mentiras, mientras la industria bélica continúa en aumento. Durante la administración actual las fuerzas armadas casi duplicaron sus potencial, ya que de 225 mil que cumplían esa tarea antes de la asunción uribista, hoy ya cuentan con 400 mil efectivos; más de 100 helicópteros Black Hawk y Huey disparando a la inmensidad de la selva colombiana; barcos de guerra blindados, comprados con beneficios de los EU, descargando su furia contra todo lo que se encuentre en su radio operativo y más allá…

Dentro de este marco de continuidad de la guerra, siendo la ausente principal, además de la cordura, la voluntad real de una negociación --a la cual Uribe escapa-- entre las partes en conflicto, no resulta favorable el porvenir de Colombia.

Quien nunca se negó es precisamente la insurgencia, aunque el líder de las FARC, Manuel Marulanda Vélez, expresó en diálogo con el candidato presidencial Álvaro Leyva y publicado en la revista Semana de Colombia que “no ve la posibilidad de un intercambio de prisioneros mientras esté Uribe en el poder”. La guerrilla se niega a la manipulación con fines electorales de un tema tan sensible y que afecta a la sociedad colombiana en su conjunto.

Los tres poderes jugaron un papel fundamental a favor de este presidente al permitir la reforma constitucional que habría de brindarle la posibilidad de presentarse para un segundo período lectivo. Sólo resta esperar que esto sí se convierta en un mero deseo de algunos... pese a que el presidente lucha y paga onerosas sumas por alcanzar ese propósito.

Es hora de que Colombia encuentre los caminos de la paz. No parece fácil la tarea y lo que es peor, muchos sectores de la oligarquía colombiana resultan favorecidos con esta guerra, por lo cual podemos deducir que seguirán incentivándola.

A los cientos y cientos hoy hacinados en las cárceles, sin dudas se les irán sumando otros, cada vez serán más los que vayan ingresando en ese submundo, así como cada vez serán más los asesinados y desplazados y perseguidos y torturados.

En estos momentos las autoridades colombianas están pidiendo la extradición a Colombia del sacerdote Francisco Cadena Collazos, conocido como ‘Oliverio Medina’, detenido en Brasil el 24 de agosto de 2005. El padre Oliverio es representante político diplomático de las FARC y su captura fue realizada por la Policía Federal de Brasil en conjunto con Interpol.

Inmediatamente conocido el hecho, Uribe salió a pedir la extradición a Colombia del detenido, sin dudas pensando en el importante premio que le daría Washington, lugar desde donde y sin dudas pedirían su extradición también. Es muy probable que el gobierno de Lula no escuche ese pedido, queremos suponer, al fin estamos hablando de un gobierno que asumió el poder gracias a los votos y a su imagen de revolucionario y fácil sería imaginar que jamás un revolucionario entregaría a otro revolucionario…

¿Será Oliverio el próximo preso político colombiano? ¿Sería juzgado por la injusta justicia colombiana? ¿O pasaría a la mazmorra de los terroristas yanquis para ser juzgado como terrorista?

Por el momento lo único que podemos asegurar es que la situación colombiana no presenta visos de cambios profundos. Los presos políticos colombianos seguirán manteniendo su status de tales.

Keith Stainsell, Thomas Howes, Mark Gonsalves, los agentes norteamericanos en misión, cuyo avión Cessna 208 fue derribado por la guerrilla mientras cumplían su tarea de espionaje ordenada por su gobierno, seguirán cautivos de la insurgencia. Íngrid Betancourt, cuya libertad sería un duro revés para Uribe, seguirá cautiva de la insurgencia. Los políticos colombianos en poder de la insurgencia, seguirán en la misma situación que hoy los mantiene prisioneros. Los policías y militares seguirán corriendo la misma suerte.

Y así continuará el ciclo despiadado, hasta que algún otro presidente de los colombianos sienta un poco de vergüenza frente a las atrocidades y tenga la altura moral necesaria para revertir tanto desastre. No hace falta mucho, simplemente una alta dosis de voluntad y humanidad, pero por supuesto convengamos que con ésta se nace.

En este mundo globalizado, donde el neoliberalismo se asentó para desgracia de los pueblos dejando un tendal de víctimas, sueños rotos, proyectos abortados, dignidad mancillada, ese mundo que María Elena Walsh describiera como el mundo del revés, muchas son las incógnitas que desde nuestro espacio quisiéramos despejar.

Por ejemplo, cuando buscamos la acepción de la palabra “subversión” encontramos (diccionario enciclopédico Espasa-Calpe, 7ª edición, página 337, Madrid 1957), “acción de “subvertirse”. “Subvertir” sería “destruir” (más en sentido moral) (sic) Subversivo significaría: que tiende a subvertir el orden público.

Ahora bien, si el orden público impone el crimen y el horror, la negación de los mínimos derechos humanos, la legalización de quien vulnera dichos derechos a fuerza de bala y tortura.

Si el orden público de Colombia, o de cualquier país, permite que miles de personas se encuentren sobreviviendo en condiciones infrahumanas, negada la posibilidad de trabajo, el acceso a la educación, la salud, el alimento.

Si el orden público colombiano, permitió por ejemplo que en estos días , se haya producido la muerte de Joan Andrés Alfaro Urieta, de apenas 11 añitos, luego de ser trasladado a más de 10 clínicas donde le negaban el acceso porque su familia no había podido cotizar la cuota que se debe abonar a partir de la privatización de la salud.

Si el orden público permitió que mientras ese niño moría, el presidente de su tierra estuviera dando un discurso enfático sobre los beneficios que recibirían a partir del ingreso de Colombia en el TLC, impuesto por los yanquis y que no es sino un clarísimo acto de sometimiento.

Si el orden público admite que muchos Joan mueran diariamente…

Si el orden público desplaza de su pedacito de tierra y por la fuerza, gente que carga sobre sus espaldas sólo lo poco que puede rescatar en esas forzadas situaciones, además de su miseria, dolor y desesperación permanentes.

Si el orden público provoca cientos de víctimas a causa de las fumigaciones que arrojan contra los cultivos de la hoja de coca o amapola, aunque jamás se supo que tuvieran poderes narcóticos en estado puro así como jamás se supo que campesino alguno tuviera el poder de procesarla para convertirla en droga.

Si el orden público causa el daño irreversible del planeta, utilizando glifosato combinado con cosmoflux POEA y cosmoin, con la misma facilidad con que salen disparadas esas sustancias queda contaminado todo lo que sea manifestación de vida , que a su vez dará paso al nacimiento de niños con gravísimas secuelas que deja como residuo el altísimo poder de esos agroquímicos letales, arrojados por las fuerzas de ese orden público.

Si el orden público de Colombia admite que la fumigación sea forzada por los EU, siendo el único país entre los 32 que cultivan esas hojas que permite dicha imposición, cometiendo con ello la agresión permanente del medio ambiente, ya estamos hablando de la manifestación de vida por excelencia.

Si el orden público implica muerte y destrucción, abandono y marginación, genocidio exacerbado, alterarlo sería “subvertir”, quien lo altera es “subversivo”.

Y eso ¿es muy malo?

“Me dijeron que en el reino del revés
nada el pájaro y vuela el pez,
que un ladrón es vigilante y otro es juez
y que dos y dos son seis…”

(M.E. Walsh)

Esta nota aquí concluye, pero la historia sigue su paso…


Amigos de la Paz en Colombia y en el Mundo es un colectivo de trabajo solidario, antiimperialista e internacionalista, que agita las banderas de la paz y que sólo pretende denunciar los crímenes de lesa humanidad que diariamente se producen en suelos hermanos y en el propio. Porque sentimos un profundo respeto por los pueblos. Porque también somos pueblo… Estamos seguros de que la solidaridad internacional puede jugar un papel fundamental en todos los casos de atropellos a los derechos humanos, humildemente y desde nuestro lugar hacemos nuestra pequeña contribución.

No dudamos en afirmar que cuando hablamos de esta riquísima expresión de vida, como es la paz, esa a la que tantos pisotean y hasta le tienen miedo, estamos diciendo directa y concientemente paz con justicia social y dignidad, con soberanía y con autodeterminación. No la que se refiere a la paz del sepulcro, la del silencio que no es sino cómplice de los horrores que se cometen contra los pueblos.

Todas nuestras denuncias son fundamentadas, no existiendo exageración en las mismas, aunque sí y por respeto a la susceptibilidad de los compañeros que leen nuestros trabajos, omitimos detalles que son espeluznantes. Consideramos que todo lo que ocurre en cualquier pueblo, toda agresión cometida, es un clarísimo indicio de que mañana estaremos padeciéndola.

Porque estamos frente a un proyecto mundial genocida y sabemos que algún delirante suele tener comunicaciones directas con fuerzas místicas que le indicarían dónde están los malos y cómo hay que asesinarlos…, por el bien de la humanidad, dice.

Hoy hablamos sobre los presos políticos colombianos. Pero también los hay de otros pueblos en las cárceles del más brutal de los imperios, el que hoy se siente dueño absoluto del mundo y por ello se atribuye el derecho de juzgar sin la más mínima ética o moral para ello.

Nuestro trabajo próximo será por los presos políticos del mundo en EU. Allí donde hoy tienen injustamente a los cinco héroes cubanos. Allí donde hay muchos compañeros que cometieron el delito de soñar con un futuro digno para todos los hijos de la tierra. Allí donde pretenden igualar a los luchadores con los terroristas. Por ellos y hacia ellos también, toda nuestra admiración y respeto.

Abrazos bolivarianos, internacionalistas, revolucionarios

Libertad a los presos políticos colombianos.
Libertad para los luchadores sociales.
Regreso a la patria de los extraditados.
Fuera yanquis de América Latina y del mundo…
No a la reelección de Uribe, por respeto a la dignidad…

Amigos de la Paz en Colombia y en el Mundo

Materiales consultados:
Páginas de internet
www.rebelion.org
www.semana.com
www.eltiempo.com
notas de:
Olafo Montalbán
Anncol
Lázaro Girardot
Athemay Sterling, gestor de Paz, Colombia
Dick Emanuelsson

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