La Revolución de
Octubre de 1917
Cómo conquistaron
el poder los bolcheviques
La
clase dominante dice que la revolución armada es imposible. Dice que
el sistema es demasiado poderoso para que lo tumben los oprimidos. Dice
que aunque llegaran a hacer una revolución, crearían un caos y sufrirían
más que nunca. Pero la historia demuestra que eso son mentiras.
¡La historia demuestra que la revolución es posible y muy liberadora!
En 1917,
la clase obrera de Rusia se alzó en armas y tomó la capital de Petrogrado.
Fue el comienzo de la primera revolución proletaria triunfante de la
historia.
La vieja
sociedad rusa era una brutal sociedad capitalista al mando de un zar.
La gran mayoría del pueblo eran campesinos pobres que trabajaban las
tierras de los ricos terratenientes. Los obreros vivían apiñados en
unas pocas ciudades de rápido crecimiento, y trabajaban en condiciones
atroces y asesinas en enormes fábricas. Capitalistas enormemente ricos
y grandes terratenientes, seguidores del zar y de la iglesia ortodoxa
rusa, controlaban el país. En 1917, Rusia se estaba desangrando en la
I Guerra Mundial, una guerra donde murieron millones de personas para
ver qué potencia imperialista iba a tener el imperio más grande.
La pobreza,
la brutal explotación en las fábricas, el hambre y la mortandad de la
guerra pusieron a los obreros en un estado de ánimo revolucionario.
El partido bolchevique, un partido comunista revolucionario encabezado
por V.I. Lenin, dirigió la revolución. En el curso de varios años de
guerra civil, la clase obrera formó su propio ejército y repulsó a los
explotadores que querían sofocar la revolución.
¡Tan pronto
como la clase obrera y su partido tomaron el Poder, inmediatamente fue
posible comenzar a transformar la sociedad y liberar al pueblo! El nuevo
gobierno revolucionario decretó que la tierra pertenecía a los campesinos,
se salió de la I Guerra Mundial y declaró la paz.
La toma
del Poder permitió continuar la revolución y establecer una nueva sociedad
socialista. El nuevo gobierno revolucionario declaró igualdad entre
los varios pueblos y dio a los trabajadores de todas las nacionalidades
libertad para participar en el proceso de revolucionar todos los aspectos
de la sociedad. Cuando Lenin murió en 1924, la revolución continuó bajo
la dirección de José Stalin. A pesar de enormes dificultades, el pueblo
revolucionario creó una industria socialista planificada y una agricultura
colectiva. Por primera vez las masas podían estudiar y tenían servicios
médicos. El nuevo Estado socialista fue una inspiración para los revolucionarios
de todo el mundo. Para la II Guerra Mundial, el nuevo Estado socialista
tenía suficiente fuerza como para derrotar al ejército invasor nazi
de Hitler.
Muy poca
gente sabe la historia de la primera revolución de la clase obrera.
La Revolución de Octubre es una importante parte de la "historia
oculta" del proletariado internacional. ¡La ocultan y
la satanizan porque prueba que los oprimidos pueden hacer una revolución
proletaria y liberarse!
Esta "historia
oculta" ayudará a nuestros lectores a comprender qué logró el proletariado
en esa revolución y cómo. La serie es una adaptación del artículo "La
Revolución de Octubre y las tácticas militares del leninismo" del
número de la primavera de 1993 de la revista Revolution.
*****
PARTE
1:
LOS BOLCHEVIQUES GANAN LAS MASAS A SU LADO
En octubre
de 1917*, el proletariado de Rusia se alzó en armas, derrotó el ejército
de sus opresores y tumbó el Estado capitalista. A continuación, dirigido
por su partido comunista de vanguardia (los bolcheviques), luchó y ganó
una encarnizada guerra civil que duró tres años y medio. Además de derrotar
y destruir las fuerzas armadas contrarrevolucionarias que surgieron
dentro del país, corrió a los ejércitos invasores de 14 potencias imperialistas,
entre ellas Estados Unidos. Así se fundó el primer Estado proletario
del mundo -la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas- en una sexta
parte del planeta. Durante casi 40 monumentales años, ese Estado proletario
apoyó la revolución por todo el mundo y construyó una sociedad socialista
en lo que fuera el imperio ruso, como un primer paso hacia un mundo
comunista libre de pobreza, humillación, guerra y la división de la
humanidad en explotadores y explotados, opresores y oprimidos.
Esa insurrección
no se materializó de la nada. En 1914 Rusia entró en la I Guerra Mundial
contra Alemania, del lado de Inglaterra y Francia. Era una guerra reaccionaria
entre imperialistas. La clase dominante rusa pensó que sería una victoria
rápida y mucha gente se dejó influenciar por su confianza: las tropas
fueron a la guerra con mucho ánimo. El apogeo revolucionario de unos
pocos años atrás se apagó.
Pero en
vez de una victoria rápida, la guerra causó muerte en masa, hambre y
un estancamiento militar. Para fines de 1916 la clase dominante comenzó
a pelear entre sí por la dirección de la guerra, y los proletarios de
Petrogrado y Moscú (las ciudades más grandes y más industrializadas)
comenzaron a rebelarse.
En febrero
de 1917 la división de la clase dominante creó grietas por las que estalló
el descontento popular. En Petrogrado, los que protestaban por el hambre
comenzaron a combatir la policía; en poco tiempo la situación escaló
a confrontaciones armadas por casi toda la ciudad. Los principales sectores
de la clase dominante, en alianza con Inglaterra y Francia, tomaron
medidas urgentes para impedir un levantamiento más profundo. Para sorpresa
del mundo entero, ofrecieron al zar como chivo expiatorio. Los zares
habían sido emperadores de Rusia durante siglos. Pero en cuestión de
días, el zar tuvo que salir corriendo y lo remplazó un gobierno provisional.
Los sectores
de la clase dominante que se oponían al zar corrieron entonces a poner
las cosas en orden y a continuar la guerra. Pero no era fácil volver
a poner a las masas "en su puesto". Se habían volcado a la
calle por razones específicas: estaban hartas de la guerra, tenían hambre,
y tenían la intención de solucionar ambos problemas.
Un factor
de gran importancia es que formaron unas instituciones rudimentarias
de poder llamadas soviets -o consejos- en fábricas, en muchos
regimientos militares y más tarde en el campo. Por medio de esos soviets
las masas demandaron cierto control en muchas esferas de la vida; por
ejemplo, querían elegir los oficiales del ejército y ocuparse ellos
mismos de la disciplina en las fábricas. Lenin analizó que había una
situación de poder dual: el viejo Estado existía junto con
el embrión muy frágil de un nuevo poder proletario. Dijo que ese poder
dual no podía durar mucho tiempo, que un lado tendría que ganar y el
otro perder.
Mientras
tanto la guerra, la causa principal de la crisis, intensificó; el nuevo
gobierno provisional, dirigido por Alejandro Kerensky, se comprometió
a seguir batallando en alianza con Inglaterra y Francia. Los mencheviques
y los socialistas-revolucionarios** -los otros dos partidos que tenían
apoyo de los obreros y los pobres, fuera de los bolcheviques- apoyaron
a Kerensky.
Los bolcheviques,
dirigidos por Lenin, fueron los únicos que proponían una segunda
revolución: decían que después de tumbar al zar (la primera revolución),
había llegado el momento de hacer una revolución socialista proletaria.
Pero después de la caída del zar, los mencheviques ganaron más influencia.
Contaban con la ingenuidad y júbilo de millones de personas que por
primera vez en la vida habían subido a la plataforma política; tenían
influencia sobre la clase media y el campesinado; y operaban con el
apoyo del gobierno y los gobernantes de vieja guardia. Los seguidores
de los bolcheviques eran proletarios del fondo de la sociedad y muchos
soldados. Pero necesitaban convencer incluso a su propia base de la
necesidad de hacer otra revolución, atraer a una gama más amplia de
masas y en general acelerar las condiciones que harían posible la revolución.
Después
de la caída del zar, los bolcheviques denunciaron todas las maniobras
del gobierno de Kerensky y lucharon hombro a hombro con las masas en
la calle. Así estas comenzaron a aprender por propia experiencia que
la única solución a sus problemas era otra revolución.
A fines
de junio Kerensky anunció una nueva ofensiva militar; para julio era
una gran debacle, con la muerte de docenas de miles de soldados. Furioso,
un sector de obreros revolucionarios de Petrogrado realizó protestas
armadas a las que se unieron soldados rebeldes. Los reaccionarios los
atacaron y provocaron peleas. Dos sectores del pueblo combatieron y
murieron centenares de personas.
A pesar
de las escaramuzas armadas, los bolcheviques no pensaban que a esas
alturas las masas podían tomar el Poder. Sin dejar de apoyarlas,
organizaron una retirada más o menos ordenada. Sin embargo, el gobierno,
herido en lo vivo por las escaramuzas de Petrogrado, ordenó el arresto
de Lenin, haciéndolo pasar a la clandestinidad, y azuzó a los reaccionarios
contra los proletarios. Pero los bolcheviques aguantaron la represión
y la experiencia templó al proletariado. Un sector del pueblo vio que
el Gobierno Provisional no cedería pacíficamente ante presiones y que
se necesitaba otra revolución. Para agosto, los bolcheviques se recobraron
y su partido creció rápidamente entre el proletariado.
Al mismo
tiempo, un sector de la clase dominante, harto de que Kerensky no pudiera
consolidar el Poder y aplastar al proletariado de una vez por todas,
encargó al general Kornilov de dar un golpe de estado y formar un gobierno
militar. A fines de agosto los kornilovistas emprendieron la
marcha hacia Petrogrado. Preso de pánico, buscando salvarse, el Gobierno
Provisional suspendió su ataque contra los bolcheviques. Por su parte,
estos vieron que después de tumbar al (reaccionario) Gobierno Provisional,
Kornilov lanzaría un brutal ataque para aplastar la revolución y decidieron
movilizar al proletariado para defender la ciudad.
Los proletarios,
junto con soldados revolucionarios, cavaron trincheras y fortificaron
la ciudad. Los veteranos prepararon a los obreros, enseñándoles a usar
armas. Los bolcheviques mandaron agitadores a infiltrar las tropas de
Kornilov.
Al ver
que la ciudad se había armado contra Kornilov, la clase dominante dejó
de apoyarlo. Ante las divisiones de su propio ejército y la movilización
bolchevique de las masas, Kornilov fue derrotado.
La derrota
de Kornilov hizo ver al pueblo el serio peligro de una represión violenta
de la revolución. Lo que es más importante, el proletariado ganó una
experiencia vital en la lucha y organización militar; la guerra revolucionaria
estaba ahora a la orden del día. Cada día el pueblo estaba más harto
de las vacilaciones del Gobierno Provisional, y más y más quería una
confrontación final. Comenzó a imperar la idea de que únicamente un
gobierno revolucionario -un gobierno de los soviets sólo en lugar
del Gobierno Provisional- quería y podía solucionar los problemas de
la guerra y el hambre.
Pesando
todos esos factores y otros, Lenin concluyó a principios de septiembre
que había llegado el momento de lanzar una insurrección. Estaba terminando
el período de denuncias y manifestaciones populares, y hasta de escaramuzas
armadas con los reaccionarios. Había terminado la etapa de trabajar
para ganar el apoyo de las masas y cobrar fuerza revolucionaria. El
Partido tenía que entregarse inmediatamente a la preparación para tomar
el Poder.
* Antes
de la revolución de 1917, Rusia no seguía el calendario gregoriano que
se usa en Europa, las Américas y por casi todo Asia y Africa. Su calendario
estaba 13 días atrás del gregoriano. La Revolución de Octubre, que se
llevó a cabo entre el 24 y el 27 de octubre según el calendario ruso,
en realidad tuvo lugar en noviembre del calendario gregoriano. Después
de la Revolución, la Unión Soviética adoptó este calendario.
** Inicialmente
los mencheviques y los bolcheviques eran miembros del mismo partido,
pero se dividieron por diferencias entre la revolución y el reformismo.
La mayoría de los mencheviques apoyaron la participación de Rusia en
la I Guerra Mundial, mientras que los bolcheviques querían la derrota
del gobierno ruso y trabajaron por transformar la guerra imperialista
en guerra civil. Los mencheviques tenían mucho apoyo de las clases medias
urbanas. Los socialistas-revolucionarios no eran ni socialistas ni revolucionarios,
sino un partido que apoyaba los intereses de los campesinos medios y
ricos en su lucha contra los terratenientes y el zar.
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