"Busca la verdad como sea, no importa si los caminos te llevan hasta la puerta del infierno" Marx

¿Un periodismo crítico o ilusiones con los magnates?

por Dick Emanuelsson
Bogotá, 11 de noviembre de 2004

Iván Cepeda (vea Palenque 22) habla sobre unos supuestos criterios en el cubrimiento periodístico del conflicto armado y que "la comunicación de masas debería priorizar la información sobre la población civil y sobre los daños que provoca la confrontación bélica sobre muchas comunidades en el país".

Y sigue: "El periodismo consistiría en privilegiar la voz y el rostro de las víctimas, sus sufrimientos y sus esfuerzos por resistir a los embates de la guerra".

Y concluye con: "Tal vez si los grandes medios contribuyeran a romper el silencio forzado de quienes han sido afectados por el conflicto armado y a bajar el volumen de la voz estridente de quienes propagan el odio, se abriría una nueva correlación favorable a la superación de la violencia y a la democratización de la sociedad colombiana".

Realmente no reconozco a Iván. En ausencia total está el análisis:

1) que carácter tienen los medios en la guerra

2) la propiedad y la pertenencia de la clase social de los medios

3) y el instrumento como medio de guerra que tienen los medios en el conflicto armado.

Iván ruega a los dueños de los medios de comunicación de este país, que son tan pocos y que se puede contar en una mano como la familia Santos, los clanes de Carlos Ardilla Lulle y de Santodomingo, de bajar la voz y el volumen en la guerra y mejor colocar a los micrófonos ante las víctimas para que el televidente tenga una visión desde la sala de su casa sobre la situación de las víctimas.

Pero los medios hacen eso. Todos los días vemos las víctimas en este conflicto. Pero los medios voltean la torta y muestran las víctimas como víctimas de la guerrilla en un conflicto muchas veces muy complicado.

Las minas antipersonales y el desvío periodístico

Muy raras veces hago presencia en las ruedas de prensa de la Presidencia. En la más reciente estuve en la Vicepresidencia, donde dos funcionarios querían movilizar a los medios para participar y cubrir la ceremonia donde el Ejército oficializaba que ya no van a utilizar más las minas antipersonales.

Los dos funcionarios se concentraron en contar cuántas minas y campos minados existen en el país, cómo iban a explotar las ocho mil minas en Barranquilla y en la Plaza de Bolívar en Bogotá, es decir: el tema de las minas antipersonales se redujo a un tema netamente técnico.

Pregunté lo siguiente: "Si tú fueras un comandante de un frente guerrillero y las tropas desembarcadas de los helicópteros Black Hawk te cercaran, ¿qué haces tú para defenderte? ¿Cuál es la conclusión política que tú haces sobre el tema, aparte de las cifras?"

La funcionaría se quedó con un interrogante en el rostro.

Porque mientras hay un conflicto armado donde los gringos invierten más plata, tropas y asesores militares que nunca, la guerrilla, por la propia lógica de sobrevivir y resistir, va a sembrar más minas antipersonales, es sencillo y lógico.

Pero los colegas colombianos no hacen porque no tienen derecho a hacer ese tipo de preguntas. ¡No lo hacen nunca! Por eso, el tema tan trágico y dramático sobre las víctimas de las minas lo desvían y lo reducen a un tema de cifras, estadística, globos en la plaza, pura carreta en la pantalla en la noche, para poder sindicar a la guerrilla como responsable de lo sucedido a las personas civiles (20% civiles y 60% a militares) pero no informando a los ciudadanos que si el Plan Patriota y todos los otros operativos militares se intensifican, la guerrilla no tendrá todavía más medios para defenderse que con las minas.

La conclusión; es mejor trabajar por una solución política que militar si queremos que la cantidad de minas sean reducidas. Esa conclusión ni siquiera se la imagina en RCN o Caracol.

Televidentes como consumidores

Los medios masivos no llegan al fondo sobre el porqué de este conflicto. Un periodista de la televisión me contó hace poco que la orden es de no extenderse más de 45 segundos en un reportaje que puede demorar un día completo para recoger los elementos y los datos.

Los medios son fábricas políticas de noticias donde se produce la noticia, orientan los televidentes políticamente con el mensaje y donde se convierte a los televidentes en espectadores en vez de tener una actitud cuestionadora de los que dicen los medios. Hoy los televidentes son consumidores, como declara el director de Le Monde Diplomatique, Ignacio Ramonet.

Y así es.

Lo que me extraña de Iván es que no menciona que el comunicador social debe llegar más al fondo, o, como decía Marx, ¡"Busca la verdad, como sea, no importa si los caminos te llevan hasta la puerta del infierno"!

Y, realmente, vivimos en un infierno, según los medios, entre demonios y santos donde no existen complejidades. Los reporteros de Caracol TV/Radio y RCN TV/Radio no se pierden más que 1,5 metros del trasero del Presidente, día y noche, no se pierden una sola ocasión de colocar el micrófono ante el jefe del Estado o sus ministros para que ellos expresen ante millones de televidentes sus opiniones en cualquier tema del país. Son la enciclopedia del país y los reporteros sólo llevan el micrófono.

"Paramilitar con micrófono"

No son periodistas críticos que hacen la segunda pregunta cuestionando la respuesta cuando en este país, con todas sus mentiras oficiales de toda parte, debería ser lo más natural y lógico. Pero no, los reporteros de los grandes medios sirven como trampolines para los gobernantes.

Los medios sí iluminan una parte social del conflicto, pero muy parcial y sólo para que convenga a la parte que refuerza la intensidad de la guerra que por supuesto trae más victimas y más tareas para el cubrimiento "social" del conflicto armado.

Lo que no hacen los periodistas y que no menciona Iván es analizar y buscar los mecanismos y las raíces de esta guerra. ¿No sería sumamente interesante para un estudiante de la facultad de la universidad cavar y meterse al fondo en el papel que jugaron los medios durante el proceso de paz entre el gobierno de Pastrana y las FARC? Me acuerdo de la pared en la Universidad Nacional en la Avenida 26 que tenía un grafito denunciante: ¡"Claudia Gurisatti (periodista de RCN-TV), paramilitar con micrófono"! Había una indignación hacia los medios que fueron denunciados por sabotear el proceso de paz a través de su labor tendenciosa.

El caso del collar bomba

Se descontrolaron y se desnudaron totalmente cuando una mujer en Boyacá fue asesinada por los vecinos, pero en donde los medios, sin medir y menos hacer lo clásico; chequear las fuentes dos veces y mantener prudencia ante de las declaraciones de cualquier actor en el conflicto armado,
tragaron la mentira de la guerra psicológica todos: El Tiempo, sus editorialistas, El Espectador, Caracol y RCN, todos reprodujeron el comunicado de la inteligencia militar de la 16ª Brigada del Ejército que acusaba a un frente de las FARC de ser el responsable del "collar bomba" que mató a la señora y a un agente de los antiexplosivos. Y resultó ser un vecino por un pleito económico.

Lo grave con ese "incidente periodístico" fue la cancelación de la conferencia internacional sobre el tema de la coca en Colombia. Los delegados de los 26 países tuvieron que regresar a sus respectivos países porque el gobierno de Pastrana, ante semejante presión e histeria mediática, se vio obligado a protestar contra la guerrilla dizque por la "barbaridad contra la señora". Y se perdió uno de los pocos momentos cuando se iba a discutir concretamente uno de los puntos políticos en la agenda acordada entre la guerrilla y el Gobierno. Los medios se volvieron un arma para los saboteadores del proceso de paz.

Y hay innumerables casos más en el mismo sentido.

A pesar de que los periodistas sabemos quiénes mataron a los tres integrantes de RCN en los Farallones en las afueras de Cali el 12 de abril de 2002, nadie, y menos RCN, dice ni pío. "Esperamos las investigaciones por parte de la Fiscalía", me comentó Álvaro García, el director de RCN TV en el segundo aniversario de los asesinatos, para llamarlo así.

El carácter de clase de Santodomingo

Iván tiene ilusiones hacia Santodomingo, en cuyo periódico El Espectador él colabora. Santodomingo, dueño del mencionado semanario, como Cromos y Caracol, está arrasando, no solamente en Colombia sino también en el Perú y Ecuador, con los sindicatos en las cervecerías que ha adquirido. Pero es apenas obvio, el señor Santodomingo pertenece a la clase social dueña de este país. Este mismo señor prácticamente ha erradicado el sindicato y los trabajadores en Bavaria. Durante los 71 días de huelga para salvar a la organización sindical en las plantas para así defender la estabilidad laboral, Caracol, tanto la Radio como la TV, no mencionó absolutamente nada sobre el conflicto. La orden del patrón de Bavaria y de Caracol era precisamente así: "¡Se quedan callados! ¿Entendieron?" Y lo hicieron, durante 71 días.

A principio de junio, Santodomingo liquidó a RadioNet, la emisora y sucursal de Caracol Radio, una emisora con varios periodistas muy capaces. En RadioNet no había sindicato, los colegas en Caracol Radio intentaron hace unos años crear uno y fueron todos despedidos. El sindicalismo brilla con su ausencia total. ¿Cómo defenderse ante las humillaciones patronales?

E Iván ruega a los medios masivos no "propagar el odio". Pero el odio existe. Pregunta a cualquier trabajador de Inravisión, de Audiovisuales, de Telecom, de la USO, de Emcali y toda esa masa de trabajadores que han sido colocados en la calle después de que sus empresas han sido liquidadas en un plumazo. Y los medios no llegan al fondo sino que siempre colocan el micrófono o la grabadora ante la boca de los ministros o cubren la rueda de prensa donde informan que no, "sólo hay un camino" y punto. Y eso sale en la pantalla.

Santodomingo tiene opiniones y ambiciones tanto económicas como políticas. Y eso se refleja en el trabajo de Erika Fontalvo y sus colegas en Caracol. Por supuesto. Por eso sus labores en los medios de Santodomingo tienen un carácter de clase. Muy sencillo y "un ABC para los marxistas", habría dicho Manuel Cepeda, senador y legendario director del semanario VOZ, asesinado por paramilitares al servicio de un general de la inteligencia.

Lamentablemente Iván no ve eso, que los medios, igual que los partidos políticos, son creados y son expresiones de las clases sociales. Por eso tienen interés de clase en mostrar una parte del desarrollo de la sociedad. Y eso es lo que están haciendo los Santos, Lulle y Santodomingo.

Aviso negado a los sindicatos europeos en El Tiempo

Hace unas semanas llegó un informe de Reporteros Sin Fronteras (RSF) diciendo que en Colombia hay una impresionante libertad de prensa mientras en Cuba reina lo contrario. Reconocía que si hay peligros de ejercer el periodismo en Colombia, pero sí hay un pluralismo grande como buen ejemplo para el resto del mundo.

Y uno se pregunta en qué país han estado esos reporteros de RFS, porque no ha sido Colombia. Porque aquí los medios están totalmente concentrados en los tres clanes oligárquicos que incluso tienen nexos con el poder político a través del vicepresidente Francisco Santos.

¿Qué piensa Iván sobre la decisión de la familia Santos de negar a los sindicatos europeos publicar un aviso en El Tiempo donde rechazaron el fusilamiento por parte del Ejército de los tres dirigentes de la CUT en Arauca el 5 de agosto?

O que el mismo diario duró dos días (¡!) en informar sobre la deportación del secretario general de la Ciosl (la internacional sindical con 156 millones de afiliados), Víctor Baez, deportado de la forma más humillante, lo mismo que pasó a tres otros representantes internacionales de los sindicatos del transporte, gráficos y del servicio público.

¿Será que el único diario con cobertura nacional no tiene recursos para informar a sus lectores sobre semejante noticia?

Este es solamente un caso sobre los medios en el conflicto o en cualquier país, que no son "neutrales", como tampoco somos nosotros los periodistas. El que sostiene eso es solamente un gran hipócrita.

 
Actualizado: 22.11.2004 19:50