Red Palante! | Colectivo León Zuleta
León Zuleta
constructor de las mujeres y detractor de las locas
por Manuel José Bermúdez Andrade
Medellín, ocaso del 2003
Ya no hay nadie a mi lado,
pues la ausencia perfecta en mí se ha hecho,
sólo la vida recuperada,
como un astro que vive acompañado de la historia sin tiempo de las ilusiones cósmicas,
temblando como una estrella que brilla para sí y la presencia ajena [1]
León Benhur Zuleta Ruiz (1952-1993)
A
León lo conocí a comienzos de 1991 en un feo
rincón, improvisado como oficina, en la antigua Escuela Nacional
Sindical [2]. El hombre tan afamado por sus admiradores intelectuales
de la Universidad de Antioquia, se presentó ante mí sin
ninguna grandeza, y con un evidente guayabo, a plenas dos de la tarde,
que le acentuaba el hacinamiento en que trabajaba, como defensor de los
derechos humanos, en aquella organización sindical.
Tal
como nos empeñamos hoy en mantener la presencia y esencia de la
obra de León Zuleta en todas las organizaciones LGBT a lo largo
y ancho del país, este pensador irreverente empezó a
aparecer como fantasma desde el mismo momento en que emprendí mi
trabajo investigativo sobre las homosexualidades. En la
cafetería Kokoriko de la U. de A., los y las intelectuales que
sabían de mi investigación me preguntaban si ya
había conversado con León Zuleta, quien había
escandalizado con sus reflexiones teórico-prácticas sobre
el “rol de la sexualidad en la alineación, y la posible respuesta liberadora desde el erotismo”
[3]. Sus argumentos tienen hoy plena vigencia, especialmente cuando el
señalamiento a las zonas de ligue y a las prácticas
sexuales homosexuales en general se sigue haciendo desde lo visceral y
la moralidad [4]. Quienes hoy, con la aparente objetividad de mantener
el equilibrio en la convivencia ciudadana, persiguen las zonas de
ligue, antes que pensar en campañas de educación y salud,
en ellas, deberían leer a León cuando decía: “Ya
sabemos que enfermedad mental y estrés industrial-urbano van muy
ligados a la negación de los derechos sexuales, junto a otras
represiones” [5].
La única entrevista con
León Zuleta duró poco. Fue categórico y radical,
posiblemente como fruto del guayabo o de mis llamadas antes de las once
de la mañana, hora que él consideraba aún como
parte de la madrugada: “Muchachito,
no se meta a tratar de organizar locas, son malagradecidas y brutas...
Terminará decepcionado y lamentándose de haber perdido el
tiempo”.
Mi sensibilidad de marica, de investigador
incipiente y de primíparo universitario se vio seriamente
lastimada. Pero luego, desafortunadamente muy tarde para la
confrontación, pues León Benhur Zuleta Ruíz
murió asesinado en extrañas circunstancias el 23 de
agosto de 1993, entendí que una de las dificultades de
León, y hasta hace muy poco de Manuel Velandia [6], era acercar
su lenguaje estructurado en una formación filosófica y de
los grandes autores de la izquierda, a la cotidianidad y en muchos
casos banalidad de la comunicación de las mayorías
homosexuales, lésbicas y transgeneristas. Y me reafirmé,
entonces, en un estilo particular de hablar, que si bien, reitero, les
generaba y genera escozor a algunas locas, ha sido una herramienta
fundamental para romper con los mitos y para llegar de manera efectiva
a públicos masivos [7].
A León Zuleta, entonces,
como purista en asuntos del conocimiento y del respeto por el saber, se
le dificultó el acercamiento a la base popular de las
homosexualidades, cuyas prácticas culturales tienen otros
referentes y lenguajes, y por tanto exigen para las construcciones
argumentativas el uso de unos términos más sueltos y mas
cercanos a su cotidianidad.
La comunicación de
León con las mujeres fue un poco más fácil,
porque, aunque en una posición marginal y de alienación,
existían ya en los referentes del lenguaje y la cultura, con
modelos incluso a seguir en el mundo y a través de la historia.
Las homosexualidades, en cambio, aún hoy, estamos por fuera de
la palabra, del nombramiento, y por ende de la cultura, a pesar de que
en los últimos cinco años el debate mundial sobre las
leyes de convivencia ha permitido un mayor posicionamiento en el
nombramiento desde los medios y una mayor generación de
opinión pública favorable, no sólo al asunto de
las homosexualidades, sino de las sexualidades en general. Sin embargo
es muy poco comparado con la real dinámica de opinión
pública y de dinamismo cultural en el mundo. La lucha de las
homosexualidades es la lucha de un sector existente en número
[8], pero inexistente como realidad social y cultural, como
expresión de la diversidad humana; a pesar de los muchos
teóricos que han abordado el tema con seriedad, profundidad y
altura, y de las masivas movilizaciones en el mundo con motivo del
orgullo gay.
Los alborotos de León Zuleta sirvieron no
sólo para ser reconocido, sino también para motivar a
estudiantes y profesores del Alma Máter a pensar y expresar sus
conceptos sobre el tema de la sexualidad humana. Precisamente en esa
búsqueda inicial me encontré con el libro de Ébel
Botero. Su texto me sorprendió, en ese entonces, y me sigue
sorprendiendo hoy por el manejo de avanzada que hace de los
términos y los análisis frente al asunto de la diversidad
sexual, con un lenguaje de muy fácil comprensión [9].
León,
más que un movilizador del sector homosexual, en mucho por
razones de época, fue un provocador con argumentos que
abrió muchas puertas para las acciones de lucha de las
homosexualidades, las mismas que hoy vemos como algo normal y
fácil. Una de las puertas que dejó entreabierta fue la de
la izquierda, por su militancia en el Partido Comunista del que, se
rumora, fue expulsado en alguna ocasión, pero donde dejó
grandes amigos y amigas que hoy son nuestros colaboradores. Zuleta
llenó de contenido las maneras de abordar el cuerpo y
estableció, desde esa otreidad, reflexiones sobre la lucha de
clases, la alineación, la defensa de los trabajadores, las
juventudes y las ciudades. Asuntos de los que sólo se puede
hablar cuando se sienten estos temas sobre el cuerpo mismo y en la
accidentada interrelación con el de otro ser humano.
Quizás también por eso, se intuye en los escritos de
León Zuleta, una gran soledad. Posible causa de su
adicción al licor. Aunque las soledades suelen ser un lugar
común para los intelectuales que llevan el pensamiento a su
esencia, y que se sienten sin pares para el discurso y la
acción, especialmente en una población homosexual, para
la época, llena de temores.
Quizás también
por la falta o escasez de pares entre las homosexualidades, fue que su
lucha estuvo más del lado del movimiento feminista. Los
movimientos de mujeres [10] reconocen en León Zuleta un
cómplice fundamental para su proceso de emancipación en
Colombia, por la manera como llenó de contenidos el sentido del
cuerpo, de la sexualidad y del erotismo como elementos y fundamentos de
la lucha política y de la defensa de los derechos humanos.
Hoy
con otros ojos y otras vivencias, con un camino recorrido, veo en los
escritos de este personaje importantes insumos y argumentos para el
posicionamiento de las homosexualidades como parte de una acción
constante de resistencias [11] populares en pro de la identidad, en
todas sus acepciones, en América Latina. Nuestras luchas y
logros siempre volverán en sus referentes a León Zuleta,
quien, como una aparente rueda suelta, y a propósito del texto
de Walt Whitman, le cumplió a la vida y nos allanó el
camino a las homosexualidades. Mi participación electoral no es
más que una huella, sobre las huellas de León. Huellas
sobre las que otros y otras recorrerán los caminos.
Notas
1.
Zuleta Ruiz, León Benhur Recopilación (1996)
musitación al oído del amado desconocido (para Omar
Urán cuando esté solito) EN: “De Semas y
Plebes”, Pregón Ltda., Medellín. Pagina 160
2.
En la actualidad el auditorio de la ENS lleva , como homenaje, el
nombre de León Zuleta. Para mayor información sobre esta
entidad visite: www.ens.org
3. La sexualidad de los trabajadores EN: “De Semas y Plebes”, Página 40.
4.
Bermúdez Andrade, Manuel José (2001): Ponencia
“Sexualidad clandestina y amor de desestrés”.
Presentada durante las Jornadas del Amor y el Erotismo de la
Alcaldía de Medellín, panel El Amor y la Calle. Y luego
durante la celebración del Mes de la Diversidad Sexual-
Corporación El Otro 2002, en el Teatro Camilo Torres de la
Universidad de Antioquia. En panel con Florence Thomas y Carlos
Iván García.
5. “De Semas y Plebes”, Página 40.
6.
Junto con León y los integrantes de El Greco participo del
proceso embrionario del Movimiento Homosexual en Colombia. Para mayor
información sobre él, visite:www.manuelvelandia.com
7.
Destaco aquí el despliegue que mis propuestas y actos han tenido
en el diario de mayor circulación en Colombia, El Espacio de
lectura primordialmente popular, así como el reciente encuentro
con líderes de Pachakutik del Ecuador, del Movimiento
Bolivariano de Venezuela y de El pueblo no aguanta más, de
México, durante el Tercer Seminario internacional de Planeta
Paz, quienes manifestaron su interés en trabajar con este
sector, entre otras cosas porque les llamó la atención la
manera de romper desde el lenguaje con los mitos del ser marica.
8.
Informes aunque un tanto viejos y realizados en plena revolución
sexual norteamericana, pero que siguen como referentes, hablan de un
10% de la población.
9. Botero, Ebel: Homofilia y homofobia. Edición del autor. Medellín. 1980.
10.
Manifestación hecha por mujeres representantes de diferentes
organizaciones, durante el acto de homenaje a León Zuleta y
relanzamiento del periódico El Otro, en la Universidad de
Antioquia. Acto organizado por Édison Arboleda, director de la
Corporación El Otro en el 2002.
11. Las acciones de
resistencia son el eje trasversal de la agenda intersectorial regional
de Planeta Paz en Antioquia. Y una vez las homosexualidades o sector
LGBT, logremos una identidad real con las luchas y acciones populares
en favor de la paz, encontraremos argumentos para justificar nuestra
defensa particular, por la soberanía y seguridad
alimentaría, la oposición al ALCA, el derecho a la
información y la defensa de la diversidad y multiculturalidad
que quiere desconocer la globalización neoliberal en los
países latinoamericanos.