Las sombras de la RAF reaparecen en Alemania,
reavivando dudas sobre la versión oficial
por Ingo Niebel
18 de agosto de 2008
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¡Libertad a l@s pres@s de la RAF!
El
Tribunal Supremo Alemán levantó ayer la orden de arresto coercitivo
decretada por la Fiscalía Federal contra tres ex activistas de la
desaparecida Fracción del Ejército Rojo (RAF).
En cambio, los
jueces del Tribunal Supremo dieron la razón a los ex miembros de la RAF
porque, por un lado, ya fueron sentenciados por esta acción y, por el
otro lado, tenían el derecho a negarse a declarar ya que corrían el
peligro de autoinculparse de otros delitos por los que no han sido
juzgados.
Con esta decisión el Tribunal Supremo intenta quitar
importancia a un asunto que desde 2007 ha despertado el interés
mediático: el supuesto suicidio de tres líderes de la RAF en la cárcel
de alta seguridad de Stammheim y la posible infiltración de la RAF por
los servicios secretos que quizás no evitó la muerte de Buback en
atentado.
Ha sido su hijo Michael quien ha sembrado la duda
sobre la actuación del servicio secreto interior (BfV), reclamando que
revele su relación con la ex activista Verena Becker. Fue detenida en
medio de un tiroteo en 1977. La Policía halló en su poder un arma
empleada en la acción contra Buback. Después de su detención buscó el
contacto con el BfV pero el ministro de Interior Wolfgang Schäuble
(CDU) se niega a entregar los correspondientes documentos. Becker fue
indultada en 1989 y las autoridades le dieron otra identidad. Michael
Buback ha anunciado que publicará sus pesquisas este otoño.
La
presencia de los servicios secretos alemanes se ve también en el caso
de Birgit Hogefeld. El julio pasado la Audiencia Territorial de
Frankfurt falló que la activista tendría que pasar un mínimo de 18 años
en la cárcel y que por lo tanto no podría salir ahora en libertad
condicional. La integrante de la RAF fue detenida en 1993 en el marco
de una controvertida operación policial en la que murieron su compañero
Wolfgang Grams y el policía de elite Michael Newzrella. Según la
versión oficial, este último falleció abatido por Grams quién poco
después se quitó la vida. Otros testigos opinan que un policía remató
al miembro de la RAF y que el agente murió por «fuego amigo». El «topo»
Klaus Steinmetz jugó un papel decisivo en la localización y en el
arresto de Hogefeld.
En 1996 la Audiencia Territorial de
Frankfurt le condenó a cadena perpetua por «pertenencia a organización
terrorista» y por la participación en varios atentados. Los jueces
dictaron también que en los delitos de Hogefeld existía un «peso
especial de culpabilidad». Con este añadido el Tribunal evitó que la
activista obtuviera la libertad condicional después de haber pasado 15
años en la cárcel.
La judicatura entiende por «cadena perpetua»
un mínimo de 15 años de cárcel que, según el caso, pueden ser
ampliados. Otra característica de Alemania es que, desde 1986, un
acusado ya no puede ser sentenciado a «dos cadenas perpetuas por un
asesinato doble». Es decir, a pesar de que existan varias cadenas
perpetuas sólo cuenta una. Aunque la cadena perpetua puede durar
décadas el Tribunal Constitucional falló en 1977 que la reclusión nunca
puede ser infinita sino que un condenado debe de tener la posibilidad
de recobrar la libertad, independientemente de que puede ser indultado
por el presidente de la República.
En 2007 Horst Köhler decidió
no tratar la correspondiente solicitud de Hogefeld. La activista se ha
desmarcado de su pasado y de la RAF, pero sin delatar a sus compañeros
y sin colaborar con la Fiscalía Federal. Ahora tendrá que esperar hasta
2011 antes de poder solicitar de nuevo su libertad condicional.
Mientras tanto, ha podido cursar estudios universitarios y actualmente
está haciendo su doctorado.
En una situación parecida se halla
Christian Klar. Cayó en manos de la Policía en 1982. En 1985 fue
condenado -junto a otros activistas- a seis cadenas perpetuas por todos
los atentados que el Estado atribuyó a la RAF desde 1977. Dos décadas
más tarde la Audiencia Territorial de Stuttgart decretó que Klar
tendría que estar por lo menos hasta enero de 2009 en la cárcel,
cumpliendo así una pena de 26 años. En la actualidad el ex miembro de
la RAF, de 56 años, puede salir de vez en cuando de la prisión,
acompañado por personas de su confianza, para organizar su futura vida
en libertad. Estos «privilegios» le fueron retirados cuando la Fiscalía
Federal solicitó el arresto coercitivo en enero.