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Sasoia reitera ante la cárcel de Iruñea su oferta de canje por presos enfermos

Más de medio centenar de miembros de la asociación de jubilados Sasoia se concentraron ayer frente a la cárcel de Iruñea para reiterar su oferta de canje por prisioneros políticos que padecen enfermedades graves e incurables. Recordaron en especial a Bautista Barandalla.

por Iñaki Vigor
13 de febrero de 2009

Situados tras una pancarta con el lema «Preso gaixoak etxera», 65 jubilados de la asociación Sasoia se concentraron a las 12.00 de ayer frente a la cárcel de Iruñea para ofrecerse como canje por los 14 presos políticos vascos que padecen enfermedades graves, tal como anunciaron en su día mediante sendas cartas enviadas a Rodríguez Zapatero y Nicolas Sarkozy.

Desde las sedes oficiales de ambos presidentes les han remitido acuse de recibo de las cartas, pero no han contestado a su propuesta para realizar el citado canje.

En el transcurso de la concentración de ayer, dos representantes de Sasoia intentaron entregar una carta al director del centro para insistir en este mismo planteamiento, pero no les recibió porque se encontraba «muy ocupado».

En cualquier caso, los miembros de Sasoia dejaron la carta en la prisión antes de dar por concluida la concentración. En ella recordaban que «sigue el problema» de los presos con enfermedades graves y que «para varios de ellos la situación seguramente se agrava día a día».

«Seguimos insistiendo en la denuncia de esta situación, que contradice sus propias leyes, y en nuestra oferta como canje para que ellos puedan enfrentarse a su enfermedad en plena libertad», añadían en la carta.

También recordaban que uno de los enfermos, Bautista Barandalla, se encuentra en la prisión de Iruñea y que su enfermedad ha sido declarada «grave e irreversible».

«Pensamos que el cargo que usted desempeña le facilita el poder influir para que Bautista Barandalla recobre la libertad en beneficio de su salud», decían en la carta, por lo que le pedían al director de la prisión de Iruñea que dé los «pasos convenientes» en ese sentido.

Durante la concentración repartieron hojas informativas para recordar que «una de las expresiones» de la tortura es «la situación inhumana de los presos enfermos», porque «tortura es encarar una enfermedad incurable en la soledad y frialdad de la cárcel, cuando además la falta de atención debida acelera la llegada de la muerte».