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Cuba
No olvidar a los cinco héroes en este 45 aniversario

Entrevista con Olga Salanueva
Por: Irma Ortiz - revista Siempre!, México

En la Corte de Miami sigue el proceso de cinco cubanos condenados por evitar la escalada terrorista en su país, mientras que personajes como Orlando Bosh gozan de plena libertad, amparado por autoridades de Florida, a pesar de que este hombre instruyó la colocación de una bomba que en 1976 destruyó una aeronave civil cubana en pleno vuelo.

Olga Salanueva, esposa de René González, uno de los cinco cubanos detenidos en Estados Unidos, fue entrevistada por Siempre! en su reciente visita a México.

- ¿Cuál es la situación actual de los cubanos encarcelados en Estados Unidos?

- Fueron sentenciados desde diciembre del 2001. Gerardo Hernández fue sentenciado a dos cadenas perpetuas, más 15 años de prisión; Ramón Labañino, cadena perpetua, más 18 años; Antonio Guerrero tiene cadena perpetua, más 10 años; Fernando González tiene 19 años y René González, mi esposo, está condenado a 15 años.

El proceso está en fase de apelación ante el 11 Circuito de Alianza. Las fiscalías tienen derecho a responder, los abogados hicieron su respuesta a la réplica de la fiscalía. La apelación se entregó en noviembre y a partir de ahí se escogerán tres jueces que van a revisar técnicamente todo lo sucedido y pensamos que a mitad de 2004 se dará el veredicto.

Pedimos que se haga un nuevo juicio en una sede indicada, verdaderamente imparcial, no como se hizo en el juicio inicial, en Miami. Que se revisen los cargos y se eliminen los de más peso como son conspiración para cometer delitos, asesinato en primer grado y conspiración para cometer espionaje.

Alud de violaciones

- ¿Cuáles serán los fundamentos legales de esta apelación?

- Las violaciones que se han cometido, desde el punto de vista legal, de la Constitución y de leyes internacionales.

- ¿Cuáles son las vejaciones a las que fue expuesta durante la detención de su marido?

- Existen no sólo violaciones legales sino de carácter humano donde están involucradas las familias. Se han ensañado no sólo con ellos. A la familia la han utilizado como pieza para el chantaje, para presionarlos, humillarlos y lograr los resultados que esperaban, la traición de uno de ellos en favor de la fiscalía.

Vivíamos en Estados Unidos, somos una pareja que tiene dos hijos. En el momento del arresto, mi hija mayor, Irma, tenía 14 años y la menor, Ivette, cuatro meses y medio.

René fue sacado de mi casa y llevado junto con sus compañeros a las celdas de castigo, donde se les incomunicó durante 17 días en solitario y después estuvieron 17 meses. En esa celda sólo entran quienes hayan cometido grandes indisciplinas y únicamente pueden estar legalmente 60 días. Es casi imposible permanecer así por el tiempo que estuvieron, pero, además, durante ese tiempo a René no se le dio la oportunidad de compartir con sus hijos.

Que estén en las celdas no quiere decir que hay que privarlos de la visita de sus hijos, cuando eso ocurre se les coloca en otro salón, pero por ser su caso se les negó la visita.

Luego de una queja sostenida de los abogados, se le permitió ver a la niña después de que ésta había cumplido más de un año y no fue una visita normal. Estaba sentado en una silla atado con esposas, alrededor de una mesa con varios oficiales, fue fuerte. En esas condiciones la niña conoció a su papá, quien no la pudo cargar, ni darle los besos que deseaba darle.

Después de 17 meses fueron puestos junto con la demás población penal, en espera del juicio que comenzó dos años después, ya que no pudieron tener acceso a la evidencia como era debido, ya que se clasificó como altamente secreta y fue desclasificada poco a poco una parte de esa evidencia y, aunque ya están sentenciados, todavía no es pública.

Cuando iba comenzar el juicio a René le pasan una carta de negociación de cargos es el que menos cargos tiene, ya habían pasado dos años y planteaban una negociación con la fiscalía para quedar libre. Le hicieron notar que su esposa tenía un estatus migratorio que se podía revocar, que estaba a merced del gobierno de Estados Unidos.

Ante el silencio de René, como respuesta, llegaron a mi casa, me tomaron presa, me llevaron a una cárcel estatal y me mantuvieron tres meses sometida a un proceso de deportación por el hecho de ser la esposa de un luchador contra el terrorismo. Soy una persona que legalmente vivía ahí, que tenía mi residencia. Viajé en un avión legalmente y estoy reclamada por un ciudadano norteamericano como es René. No había hecho nada contra el gobierno norteamericano, ni había cometido delito alguno pero les fue necesario hacer esto para presionar a René a tal grado que, por ejemplo, las cartas que le envié a la cárcel nunca le llegaron.

Yo recibía sus misivas porque me las daban, pero en las de él había una orden de que no supiera de mí. A una persona la pueden botar de Estados Unidos en 24, 48, 72 o las horas que quieran, pero les convenía demorar mi salida hasta el juicio. Como vieron que René no se plegó, me deportaron.

Vivo actualmente en Cuba con mis dos hijas, he solicitado la visa en varias ocasiones. En la primera se me otorgó, pero cuando hacía las maletas para viajar vino una orden para revocar la visa, y tantas veces como he presentado la visa me la han negado.

Argumentan haber tenido noticias de que cuando entré a Estados Unidos podía formar parte de una organización que atentara contra la seguridad de ese país o que puedo formar parte de la seguridad de Cuba. Respondí a las autoridades y a ONG que entré de manera legal a Estados Unidos cuando se detuvo a René, quien no tiene cargos en contra de espionaje, ni de terrorista. Tuvieron el suficiente tiempo para detenerme, ponerme los cargos que quisieran y no lo hicieron.

En el tema del terrorismo, fue la fiscalía es la representación del Gobierno quien se obstinó y presentó mociones para que no saliera a relucir en el juicio, porque sabía que los elementos exculpatorios, pruebas y evidencias que se tenían contrarios eran la labor de infiltrar, monitorear organizaciones terroristas y de pasar la información al gobierno cubano e, incluso, a la misma administración estadounidense, por eso es que no quisieron en ningún momento que esta motivación saliera en el juicio para poder condenar a luchadores contra el terrorismo.

Inclusive, en la misma sentencia que se le hace a René y a Antonio Guerrero dos de los cinco que nacieron en Estados Unidos que son ciudadanos norteamericanos, no tienen cómo deportarlos una vez que cumplan sus sentencias. La abogada tuvo el cuidado de poner, en cada una de sus sentencias, un párrafo donde dice que una vez que tengan una libertad condicional o supervisada les queda terminantemente prohibido acercarse a los lugares donde hay asiduos a actividades terroristas.

Decisivo, el apoyo internacional

- ¿Qué tanto ha funcionado el repudio internacional a las acciones norteamericanas?

- Ha sido fundamental. En marzo de este año, fueron llevados a celdas de castigo. A Tony le advirtieron que esto iba a ser por lo menos un año y después le iban a decir qué tiempo más iban a permanecer en esa celda. Lo hicieron en ese momento porque ellos necesitaban tener intercambio directo, personal con sus abogados, lo que se iba a presentar en la apelación al Circuito de Atlanta.

Todo acusado necesita hablar con su abogado, trazar una estrategia, escribir documentos, y fueron despojados de todas sus pertenencias, incluyendo la ropa. Se les llevó a una celda de castigo, incomunicados con el exterior, pero gracias a la presión internacional que ejercieron grupos de solidaridad y organizaciones amigas de abogados, los sacaron al mes.

- ¿Qué ha pasado con la ONU, donde también presentaron quejas?

- En este caso, porque yo no soy la única a la que se le ha negado la visa como Adriana Pérez, esposa de Gerardo Hernández, tiene una peor situación, pues Gerardo está condenado a dos cadenas perpetuas, más 15 años. Es una pareja joven, no tienen hijos; pero su mamá, que ya es bastante mayor, también solicitó una visa y no la dejaron entrar en Houston. Le dijeron que solamente podía entrar a Estados Unidos si se sometía a una Corte para una posible deportación, para que se repitiera lo que sucedió conmigo, por lo que se vio obligada a regresar a Cuba y nunca más le han otorgado una visa, pero sigue intentándolo.

Ella y yo fuimos a la sede de la Comisión de Derechos Humanos a Ginebra, denunciamos el caso ante el plenario y nos reunimos con diferentes relatorías y entregamos documentos con todas las violaciones cometidas y no hemos tenido una respuesta convincente. Hemos escrito a organizaciones internacionales como Amnistía Internacional que sí reconoció que existen violaciones desde el punto de vista legal y humano y, así, reclamó al Departamento de Defensa y de Justicia de Estados Unidos, cuya respuesta nos hizo llegar que es esta misma que le estoy diciendo que nos niegan la visa porque consideran que podemos ser un peligro para Estados Unidos.

Hemos dado respuesta pública con los argumentos enunciados y en esa batalla estamos en cualquier escenario que nos encontremos. Denunciamos no únicamente lo del caso de las visas, sino el asunto en general; porque pensamos que es fundamental que se enteren todas las personas amantes de la justicia, de la paz, personas que repudian el terrorismo, para que conozcan lo que está sucediendo en Estados Unidos, para que llegue a oídos del propio pueblo norteamericano y es el que puede hacer que el juez, ante quien se ha presentado la apelación, sea capaz de ser ético, de imponer justicia. Queremos una revisión legal del caso, sabemos que si se hace justicia, ellos saldrán.

Ellos, de buen humor

- ¿Cuál es el espíritu que prima entre los cubanos apresados?

- Ellos, de ánimo, están muy bien desde el primer día, porque están convencidos de que lo que hicieron era lo que correspondía hacer a hombres de bien y son luchadores contra el terrorismo. Eso les da fuerzas, se han propuesto salir de la cárcel como seres humanos mejores. Física y mentalmente se han dedicado a cultivar el conocimiento que tenían.

Cuando estaban en las celdas de castigo, a veces los rotaban de dos en dos, otras en solitario. Se veían una hora a la semana, se pusieron de acuerdo y quedaron en hacer poesía y se leían uno a otro. Todos han escrito poemas dedicados al amor en toda la extensión de la palabra y, de ellos, destaca Antonio Herrero, el poeta del grupo, a pesar de que mi poeta preferido es René. Leyéndolos te das cuenta por lo que han pasado en ese cautiverio. Hasta cuando estaban en el hueco. Se hizo un libro que se llama Desde mi altura, es un llamado a la paz y el amor que ha hecho Tony. Muchos han sido musicalizados por nuestros artistas.

Gerardo es un artista gráfico que desde muy joven se ha dedicado a hacer caricaturas, lo sigue haciendo e hizo un logotipo que se ha convertido en un símbolo internacional, es un cinco. René se dedicó a escribirme en una especie de diario donde narra día a día de lo sucedido, si fuera un record Guiness sería la carta de amor más larga, pero a la vez a través de ese diario se envía un mensaje a familiares, amigos y pueblo de Cuba. Se trabaja para realizar un libro con lo que sucedió realmente en esa sala de la Corte. Reciben muestras de apoyo de todo el mundo y ayudan a los que están presos que son latinos pobres, negros, los ricos no están ahí. Tienen la fuerza que les da la dignidad y el orgullo de saberse luchadores por la paz y defensores de la revolución cubana.