Red Palante!Colectivo León Zuleta



De frescura y tolerancia

Por: Harold M.

Tengo 21 años. Después de casi 6 años de estar en el medio, en los bares, la rumba, las calles, de conocer todo tipo de gente, de tener la mente lo suficientemente abierta para comprender que existe de todo y para todos los gustos, he podido vivir con eso y saber que si no comparto los mismos gustos, la manera de comportarse o el look de alguien que me rodea, o si lo tengo que ver por ahí a mí que carajo me importa si lo que creo es que cada un@ con su rollo, y al que no le guste, nada que hacer, sólo comprender y aceptar lo diferentes estilos de vida.

Si tod@s en esta sociedad mezclada de cuanta cosa existe, tuvieran esa capacidad de frescura y tolerancia, sería menos absurda. Además la ignorancia y el desconocimiento de las culturas crean miedo, especulaciones y rechazo. Un gay no es una loca o un travesti. Es cualquiera en esta ciudad gris, cosmopolita y gay, además es una maricada cegarse a las cosas o negar la alta población gay o bisexual que habita en esta ciudad, puede ser cualquier herman@ o amig@ reprimid@ por su entorno o por personas que piensan que son enferm@s o desagradables.

Para un niño es muy difícil crecer y a los 8 años pensar en que no le gustan las niñas sino los niños, pero callado porque es malo o eso parece porque su mamá lo regañaría. Crece con ese sentimiento de culpa, con temor al rechazo, sintiéndose diferente y mal. Para colmo crece y se encuentra con una sociedad cabrona en la que le es casi prohibido mostrarse con sus gustos sin ser loca porque hieres a tu madre, a tu familia, ofendes la Iglesia, a la sociedad le das mal ejemplo y todo el hijueputa mundo se te viene encima porque eres gay.

Me preguntan: "¿El sexo gay qué? ¿Cómo? ¿Tienen orgasmo? ¿Te gustaría ser mujer?" no tienen ni puta idea de cómo son las cosas y los malparidos montadores, los pirobos agresivos y los brutos dominadores se pegan de cualquier porquería inventando o que se imaginan que así es para jorobar y hacer que esta persecución fascista retrógrada de discriminación sexual continúe, manteniendo una farsa acomodada a quién sabe qué culo de idea y de quién putas que pretenden mantenernos allá como si fuéramos una lepra de la sociedad, ocult@s, pich@s en pecado y repulsión, que para much@s sería mejor que ni existiéramos.

Pero el engaño y la ignorancia son tan bastas que si no se conoce esta cultura u opción sexual con el contacto, la educación y la comunicación, nunca se dará un respeto ni un cambio radical hacia la sociedad. Siempre estará la oportunidad de este contacto porque no estamos más cerca de extinguirnos que el resto de esta absurda sociedad.