Por Jose Antonio Egido. jaes@arrakis.es
El imperialismo nos anuncia que gracias a sus bombardeos masivos, que han costado la vida a miles de afganos inocentes y destruido las pocas infraestructuras que seguían en pie, a las victorias de sus amigos locales y a la "Conferencia de Bonn" en la que éstos se han repartido la tarta afgana, por fin ha llegado la hora de la democracia a Afganistán, el castigo de los terroristas y el fin de la dictadura oscurantista.
Nada más lejos de la realidad. La partida se está jugando entre las distintas facciones de la clase feudal afgana que incluye a los distintos jefes tribales, a los terratenientes de las diferentes etnias y a los clérigos reaccionarios sunitas y chiitas, todo con la bendición del ejército anglo-norteamericano de ocupación, que sigue matando afganos, y de la CIA, para la que trabajan desde hace décadas muchos de dichos señores feudales.
Hasta abril de 1992 en que cayó el gobierno popular y progresista dirigido por el Secretario General del Partido Comunista (llamado Partido Democrático Popular de Afganistán-PDPA) Mohammed Najibullah (salvajemente torturado y asesinado por los talibanes en 1996), la contradicción básica del país era el binomio progreso-socialismo frente al binomio dominio feudal-dominio extranjero. Los talibanes no son más que una variante archirreaccionaria de la misma clase feudal apoyada además por grandes burgueses sauditas, chechenos, yemeníes, bosnio-musulmanes y pakistaníes. El gran capitalista saudita convertido en terrorista Osama Bin Laden es un ejemplo significativo de la naturaleza de clase de este movimiento.
Los sicarios de la CIA y del poder burgués ruso de la llamada "Alianza del Norte" uzbeko-tajika y de los partidarios de la monarquía no son mejores que los talibanes en cuanto a despotismo y barbarie se refiere. Tenemos algunos datos que la prensa esconde cuidadosamente:
Por ejemplo ¿Quién
es realmente el hasta ahora presidente reconocido por la ONU de Afganistán
y jefe político de la "alianza del norte"? Burhannuddin Rabani:
nacido en 1940. Fundador en 1976 de la Sociedad Islámica de Afganistán
(Jamiat-e islami Afganistán), dueño de inmensas haciendas en Badajshán
y Kabul y de empresas de exportación de astracán y principal suministrador
en una época de alfombras a Occidente. Le dicen profesor porque enseñó
cierto tiempo en la facultad de teología de Kabul. Creó su grupo
para combatir la república de Daud que consideraba "demasiado liberal"
y se lanzó al terrorismo contra el poder popular nacido con la Revolución
de 1978 cuando éste le expropió sus propiedades. Sus vínculos
con la CIA eran tan estrechos que las autoridades iraníes cerraron y
prohibieron las oficinas de su grupo en la ciudad de Khorosan por intentar espiar
en beneficio de los EE.UU.. Rabani se repuso de la pérdida de sus haciendas
ordenando a sus terroristas robar en Afganistán
esmeraldas y lazurita en el valle de Panshir y Badajshán que luego vendía
en el extranjero y traficando con drogas. Su fortuna calculada en millones de
dólares estaba depositada en el Banco de Omán a nombre de terceras
personas. Sus bandas terroristas fueron entrenadas y asesoradas por expertos
militares yankis y británicos. Entre los actos terroristas de estas bandas
está el atentado contra el aeropuerto de Kabul en agosto de 1984 que
dejó 27 muertos y mas de 200 heridos. En la provincia de Herat en 1984
violaron, asesinaron y descuartizaron a una maestra y a su hermana. Su especialidad
era atacar hospitales y asesinar a inocentes. Cuando accedió al poder
tras el derrocamiento del gobierno comunista sus bandas cometieron todo tipo
de tropelías y destrozaron Kabul hasta ser expulsadas por los talibanes
en 1996.
Uno de los grandes apoyos de los talibanes es el jefe feudal más cruel y más vinculado a la CIA: Gulbudin Hekmatyar. Nacido en 1944 de un padre terrateniente y usurero al que los campesinos pobres obligados a pagarle sus deudas con enormes intereses llamaban "chacal". En 1971 asesinó a personalidades públicas progresistas y fue la presión que hicieron sus protectores vinculados a la CIA en su favor lo que le permitió pagar con sólo 2 años sus crímenes. En 1976 participó en la creación del Partido Islámico de Afganistán (Hezb-e islami Afganistán) de extrema derecha vinculado a la organización reaccionaria internacional "Hermanos Musulmanes" que buscaba lo que consiguió: crear un estado islámico ortodoxo. Su gran negocio fue su actividad terrorista contra el poder popular que le aseguró generosas subvenciones de la CIA y de la monarquía saudita con las que compró todas las joyerías de la calle Shahibzade de Peshawar. Además era dueño de un infame negocio de 400 cochecitos de tracción humana en dicha ciudad pakistaní cuyos conductores se ganaban la vida con un trabajo extenuante. La marca "Toyota" le regaló un coche lujoso . Su partido tenía un servicio de seguridad interno que torturaba a los miembros disconformes o críticos con su jefe. Hekmatiar ha mostrado una crueldad extraordinaria: estableció una tarifa por los asesinatos: por cada soldado del ejército afgano de 5 a 7 mil afganis, por cada militante del PDPA de 10 a 15 mil afganis, etc. Asesinó personalmente con una ametralladora a cien refugiados afganos del campo de Parachinar en Pakistán después de que uno de sus ayudantes fuese agredido. Sus terroristas decapitaban a las familias campesinas pobres que recibían tierras por la Reforma Agraria impulsada por los comunistas, los maestros eran atados de pies a los parachoques de los autos y arrastrados hasta el lugar de ejecución, quemaron vivos a todos los obreros de una fábrica de algodón, tenían órdenes de destruir aviones civiles de transporte de pasajeros, como en Argelia estos criminales asesinaron a destacados artistas e intelectuales de manera atroz (el famoso cantante folklórico Khan Karabaghi, el director del liceo de Parwan Shohr, etc.), quemaron vivos a todos los habitantes de la aldea de Mian Pusht, destruyeron 1500 escuelas, centenares de hospitales, puentes y mezquitas, ... . Estos terroristas no dudaban en asesinar a los miembros de las bandas rivales.
Se mantuvo en contacto
con el traidor Hafizullah Amin que dio un golpe de estado en 1979 y que le prometió
el cargo de primer ministro. Una vez desmantelado el golpe de estado por las
fuerzas sanas del Partido Comunista y la ayuda soviética, las ambiciones
de Hekmatyar se hundieron.
Partidario de que las mujeres no reciban ninguna instrucción, circulen
completamente cubiertas y no realicen ningún empleo fuera del hogar.
Partidario de crear movimientos integristas fanáticos en las repúblicas
asiáticas soviéticas, contribuye de esta manera a la destrucción
de la URSS y a la extensión del poder imperialista en Asia. Es el precedente
más directo de los talibanes.
Otro jefe feudal monárquico pastún que hoy aspiraba a primer ministro es Sayed Ahmad Gailani. Su familia por vía paterna proviene de la influyente orden Sufita Qadiriya originaria de Irán. Sus antepasados mantuvieron estrechos lazos con el servicio secreto británico ya que el Imperio Británico intentó fracasadamente apoderarse del país. Por vía materna desciende de un policía alemán. Su madre, Maria Richter, era hija de un oficial de policía alemán. Fue consejero privado del rey y sobre todo uno de los latifundistas más ricos y activo hombre de negocios. Era propietario de grandes almacenes en Kabul y dueño de una concesión de venta de coches "Peugeot" y de villas en Peshawar y Londres. Cuando la Revolución le expropió creó en 1978 con otros ex latifundistas y funcionarios monárquicos un partido para recuperar sus privilegios llamado "Frente Nacional de Afganistán". Siempre de orientación prooccidental, Gailani se convirtió en agente de la CIA y habló varias veces en comisiones del congreso de los EE.UU.
El llorado (por Occidente) jefe militar Ahmad Shah Masud era en los años 80 receptor de abundantes armas modernas y municiones entregadas generosamente por los servicios secretos imperialistas.
El rey Mohamed Asir Shah no representa una etapa de paz y prosperidad como quiere hacernos creer la prensa burguesa sino una etapa de profundo atraso, de analfabetismo casi total de la población, de sumisión de la mujer afgana y de dominio de las clases feudales afganas. Ahora el imperialismo lo presenta como un hombre providencial para asegurarse la consolidación de un Afganistán sometido a su protectorado. Una especie de Kosovo centroasiático que le sirva de base de operaciones para saquear las grandes reservas de petróleo y de gas natural de las repúblicas ex soviéticas. El rey fue derrocado por dirigir un régimen autoritario y antipopular, intentó dirigir la contrarrevolución pero fue incapaz de integrar los intereses de los distintos jefes feudales.
Aunque algunos jefes integristas fanáticos como Bin Laden usan el sufrimiento del pueblo palestino como excusa para sus crímenes sabiendo que es una herida permanente en el corazón de las masas populares árabes y musulmanas, otros no han tenido ningún inconveniente en colaborar estrechamente con el servicio secreto de Israel, el Mossad, en su lucha contra el gobierno progresista afgano. Es el caso del jefe integrista pastún Muhammad Nabi que dirigía en los 80 la banda llamada "Movimiento Revolucionario Islámico".
La conclusión es
que un Afganistán sometido a la dominación imperialista y a la
ocupación militar anglo-yanki y administrado por los grandes explotadores
del Pueblo va a seguir siendo uno de los países mas atrasados del Mundo,
en que su Pueblo seguirá estando sometido a la mas brutal de las opresiones
pero además atrapado por la ignorancia religiosa y la obediencia a las
peores tradiciones. Sólo una nueva Revolución protagonizada por
los campesinos pobres, los nómadas, los intelectuales patriotas y otros
sectores populares y obviamente conducida por una fuerza consecuentemente revolucionaria
(como lo fue el glorioso PDPA) puede, a la vez, resolver los gravísimos
problemas del país y construir una Nación Independiente. Hoy la
correlación de fuerzas es favorable a la reacción en Afganistán
y en las repúblicas ex soviéticas pero el amor por la Justicia
y la Libertad de los Pueblos es demasiado grande para que el imperialismo cante
victoria demasiado pronto. La Revolución avanza en Asia, concretamente
en Nepal, en la India, en Filipinas y se defiende en Corea Popular, Vietnam
y Laos. El imperialismo ya no tiene mas cartas que jugar. Ahora jugarán
los pueblos de Asia.