Organización de las masas, acciones unitarias y nada de aventuras
Circular a la militancia del Comité Distrital Mario Upegui Hurtado del PCC
El pleno extraordinario del Comité Distrital Mario Upequi Hurtado del Partido Comunista Colombiano reunido en Bogotá el día 10 de octubre, convocado con el objetivo de hacer un balance de nuestra participación en el marco de la campaña por el plebiscito del 2 de octubre del 2016 y la necesidad de analizar la actual situación política y sus perspectivas, ha considerado lo siguiente:
1) Nuestra militancia, dirigentes, estructuras y organizaciones de masas en las que influimos, participamos de distintos modos en la campaña del plebiscito para la refrendación de los Acuerdos de La Habana obteniendo en la ciudad de Bogotá, junto a otras fuerzas políticas y sociales, una victoria del sí sobre el no en más de 300 mil votos, pero a nivel nacional los defensores del no se impusieron por un estrecho margen cercano a los 53 mil votos.
2) Podemos calificar como positivo el desempeño de la militancia a pesar de que pudimos hacerlo mejor. Factores como la falta de plena comprensión del carácter de la campaña, el escaso análisis y comprensión colectiva de las tácticas usadas por las fuerzas contrarias, la dificultad organizativa para ir más allá de nuestros espacios de influencia tradicionales, la falta de unidad de la campaña La Paz Sí es Contigo y la dispersión con otras campañas que transitan la orilla de otros sectores democráticos y de izquierda, la escasez de recursos y la pasividad de parte de nuestra militancia, entre otros factores, contribuyeron a que nuestro trabajo no alcanzara el nivel óptimo deseado.
3) Somos plenamente conscientes del significado de la victoria del no. En primer lugar se trata del triunfo del bloque de fracciones de clases y de sectores que representan los intereses de los terratenientes, de los ganaderos, del capital financiero y comercial, anidados alrededor de posturas políticas e ideológicas belicistas y de valores sociales retrógrados, quienes históricamente se han opuesto a la reforma agraria democrática, a la apertura democrática, a la diversidad de género y sexual, y a la aplicación de reglas de justicia que también a ellos los juzguen por crímenes de guerra.
En segundo lugar, significa la no implementación de los acuerdos de La Habana firmados entre el Gobierno y las FARC-EP el 26 de septiembre del 2016 en la ciudad de Cartagena de Indias, con lo cual dichos acuerdos quedan momentáneamente suspendidos, aumentando los riesgos del retorno de los eventos de guerra.
4) Este hecho nos aboca a contribuir con distintas iniciativas, entre ellas principalmente el diálogo y la movilización de los trabajadores, sectores populares y movimientos sociales, en la búsqueda de una salida política al impase a partir de construir una correlación de fuerzas políticas y sociales favorable al respeto al contenido fundamental de los Acuerdos de La Habana, al mantenimiento del cese de fuegos y hostilidades bilateral, y a la construcción de un pacto político y social incluyente que confronte el pacto de élites y que de forma rápida posibilite la refrendación de los acuerdos y la finalización de la guerra.
5) La situación política creada con el triunfo del no, nos pone en el dilema de paz o guerra. Los comunistas apostamos por el no a la guerra y por un acuerdo de paz democrática y con justicia social que parta del acumulado logrado con los Acuerdos de la Habana, que se complemente con los resultados de los diálogos de paz entre el Gobierno y otras fuerzas insurgentes, y que termine definitivamente con los grupos paramilitares. Tal pacto requiere la constitución de un nuevo bloque hegemónico de poder que incluya a los trabajadores, sectores populares y capas medias urbanas, así como a los campesinos, indígenas, afrodescendientes, estudiantes, mujeres y población LGTBI.
Somos conscientes de la necesidad de trabajar conjuntamente con partidos políticos de la burguesía, sectores de la Iglesia católica y de otras organizaciones de fe, así como con integrantes de la Fuerza Pública, del empresariado y de la academia que mantengan la postura de una salida democrática y no militarista al conflicto, para crear una correlación de fuerzas favorable a la defensa de los Acuerdos de La Habana, el cese de fuegos bilateral indefinido y la solución rápida del diferendo con los sectores del no.
6) El objetivo estratégico de las fuerzas del no, que se alinean alrededor del uribismo, es ganar las elecciones del año 2018, para lo cual tácticamente buscan dilatar una salida rápida al diferendo colocando como talanqueras principales puntos no negociables, entre ellos su negativa a la reforma rural integral, la no elegibilidad política de la dirigencia de la insurgencia y la no aceptación de la jurisdicción especial de paz. Sabemos que esa demora pone en riesgo el ahora frágil cese bilateral de fuegos bajo la amenaza del reinicio de las acciones militares contrainsurgente el 31 de octubre de este año.
Este evento nos retrotraería a los peores momentos de la larga guerra que hemos vivido con más muertos, desplazados, desapariciones y víctimas de todo tipo, por lo cual es urgente hacer un consenso entre las fuerzas populares y democráticas para no permitir un muerto más, manteniendo el cese bilateral de fuegos y hostilidades de carácter indefinido.
7) Los objetivos de defensa de los Acuerdos de La Habana, del cese bilateral de fuegos y de una solución rápida al diferendo con las fuerzas de la reacción nos obliga a concentrar todas nuestras energías, voluntades y esfuerzos en la organización de la movilización popular y social durante todas estas semanas hasta lograr la victoria. El pleno del Comité Distrital del Partido llama a toda la militancia a comprender el peligro que el momento encierra y a actuar en consecuencia. Nuestra bandera es la organización de las masas, acciones unitarias y nada de aventuras. Ningún militante, célula ni organismo de dirección debe quedarse con los brazos cruzados o haciendo esfuerzos limitados a la militancia del Partido y amigos cercanos.
Debemos actuar con el propósito de convocar a los más amplios sectores de trabajadores, populares y capas medias para involucrarlos en la movilización por la defensa de la paz democrática, en los procesos de pedagogía de paz para comprender el contenido verdadero de los acuerdos, la oposición a la reforma tributaria regresiva que impulsa el Gobierno, la solidaridad con los sectores en conflicto y la defensa del patrimonio público de Bogotá. Debemos reconocer que el estado de ánimo de gran parte de la población es de indignación principalmente con el engaño y las mentiras de los impulsores del no, y de disposición a trabajar por una salida civilista al conflicto.
8) Entre nuestras principales tareas están la participación amplia, unitaria y organizada en los procesos de Paz a la Calle, la Coordinadora sindical y de movimientos sociales y populares del Distrito, el Comando Nacional Unitario, las reuniones de las plataformas e iniciativas de paz y el despliegue de procesos e iniciativas populares en barrios y localidades.
Esta participación debe hacerse en función de construir las condiciones para la gran movilización nacional unitaria por la paz el 12 de octubre, el paro o jornada nacional masiva de protesta el 27 de octubre, la cumbre nacional por la paz, las asambleas populares en las localidades de Bogotá por la defensa de lo público (22 de octubre en Ciudad Bolívar) en perspectiva del paro distrital, la acampada permanente en la Plaza de Bolívar y otras movilizaciones que se vayan desplegando en el proceso.
9) El pleno del Comité Distrital del Partido saluda el inicio de la fase pública de los diálogos de paz entre el Gobierno y el ELN en la ciudad de Quito el próximo 27 de octubre, llama a la extensión del cese de fuegos y hostilidades entre el Gobierno y esta fuerza insurgente, y convoca a la unidad de la izquierda y de las fuerzas democráticas alrededor de lograr una paz completa que incluya todas las insurgencias del país.
Bogotá, 10 de octubre de 2016
Comité Distrital PCC Mario Upegui Hurtado
Comentarios recientes